miércoles, 4 de noviembre de 2009

Introducción


Nuestra campaña inicia en el año 963 después de Jesucristo. Es un período interesante de la historia, ya que el derrumbe del imperio carolingio ha dado paso a una escisión de territorios y pugnas entre señores feudales por toda Europa, mientras que los vikingos provenientes de Noruega, Dinamarca, Suecia y Gotlandia, se acercan cada vez más a las costas para cometer Strandhöggs (saqueos), conquistar reinos o, simplemente, comerciar. Esto los ha llevado a cruzar las estepas de Rusia, llegar hasta los Balcanes e incluso importar productos desde China.

El Sacro Imperio Romano Germánico ha sido recién creado, bajo la espada de Otón I y con la venia del corrupto sacerdocio de Juan XII. Los caballeros teutónicos luchan por mantener una unidad política bajo el ministerio de San Pedro, heredada del ya extinto Imperio de los Césares o de la expansión de Carlomagno. Los normandos, por su parte, poseen una región gigantesca al oeste de Europa (actual Francia), donde tratan de dominar con justicia, eficiencia y tolerancia religiosa. Sin embargo, existe abuso de poder por muchos señores feudales.

Allende el mar, hacia el oeste, está la Britania, el reino unificado de Inglaterra, bajo influencia de los anglos y los sajones, avanza propagando la unidad política entre sus islas vecinas (Irlanda y Escocia), cuya población por milenios han vivido en tribus separadas. Es, sin duda alguna, uno de los sistemas menos feudales dentro de la Europa “civilizada”. Sin embargo, desde el siglo VII en todo ese territorio insular, el cristianismo se ha convertido en la religión oficial.

Los descendientes de los scots, northumbrianos y pictos cristianizados han unificado Escocia hace muy poco bajo el dominio scot desde el siglo VIII, donde antes señoreaban los orgullosos pictos... ¿Quedarán todavía druidas o paganos? El problema más inmediato son las invasiones vikingas.

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